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Piedra de sol by Octavio Paz

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un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un arbol bien plantado mas danzante,
un caminar de rio que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre:
                          un caminar tranquilo
de estrella o primavera sin premura,
agua que con los parpados cerrados
mana toda la noche profecias,
unanime presencia en oleaje,
ola tras ola hasta cubrirlo todo,
verde soberania sin ocaso
como el deslumbramiento de las alas
cuando se abren en mitad del cielo,

un caminar entre las espesuras
de los dias futuros y el aciago
fulgor de la desdicha como un ave
petrificando el bosque con su canto
y las felicidades inminentes
entre las ramas que se desvanecen,
horas de luz que pican ya los pajaros,
presagios que se escapan de la mano,

una presencia como un canto subito,
como el viento cantando en el incendio,
una mirada que sostiene en vilo
al mundo con sus mares y sus montes,
cuerpo de luz filtrada por un agata,
piernas de luz, vientre de luz, bahias,
roca solar, cuerpo color de nube,
color de dia rapido que salta,
la hora centellea y tiene cuerpo,
el mundo ya es visible por tu cuerpo,
es transparente por tu transparencia,

voy entre galerias de sonidos,
fluyo entre las presencias resonantes,
voy por las transparencias como un ciego,
un reflejo me borra, nazco en otro,
oh bosque de pilares encantados,
bajo los arcos de la luz penetro
los corredores de un otono diafano,

voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pajaros
bajo la ley del mediodia absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueno en esos ojos,
el colibri se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus suenos,

tu falda de maiz ondula y canta,
tu falda de cristal, tu falda de agua,
tus labios, tus cabellos, tus miradas,
toda la noche llueves, todo el dia
abres mi pecho con tus dedos de agua,
cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho
hunde raices de agua un arbol liquido,

voy por tu talle como por un rio,
voy por tu cuerpo como por un bosque,
como por un sendero en la montana
que en un abismo brusco se termina,
voy por tus pensamientos afilados
y a la salida de tu blanca frente
mi sombra despenada se destroza,
recojo mis fragmentos uno a uno
y prosigo sin cuerpo, busco a tientas,

corredores sin fin de la memoria,
puertas abiertas a un salon vacio
donde se pudren todos los veranos,
las joyas de la sed arden al fondo,
rostro desvanecido al recordarlo,
mano que se deshace si la toco,
cabelleras de aranas en tumulto
sobre sonrisas de hace muchos anos,

a la salida de mi frente busco,
busco sin encontrar, busco un instante,
un rostro de relampago y tormenta
corriendo entre los arboles nocturnos,
rostro de lluvia en un jardin a oscuras,
agua tenaz que fluye a mi costado,
busco sin encontrar, escribo a solas,
no hay nadie, cae el dia, cae el ano,
caigo con el instante, caigo a fondo,
invisible camino sobre espejos
que repiten mi imagen destrozada,
piso dias, instantes caminados,
piso los pensamientos de mi sombra.
piso mi sombra en busca de un instante,

busco una fecha viva como un pajaro,
busco el sol de las cinco de la tarde
templado por los muros de tezontle:
la hora maduraba sus racimos
y al abrirse salian las muchachas
de su entrana rosada y se esparcian
por los patios de piedra del colegio,
alta como el otono caminaba
envuelta por la luz bajo la arcada
y el espacio al cenirla la vestia
de una piel mas dorada y transparente,

tigre color de luz, pardo venado
por los alrededores de la noche,
entrevista muchacha reclinada
en los balcones verdes de la lluvia,
adolescente rostro innumerable,
he olvidado tu nombre, Melusina,
Laura, Isabel, Persefona, Maria,
tienes todos los rostros y ninguno,
eres todas las horas y ninguna,
te pareces al arbol y a la nube,
eres todos los pajaros y un astro,
te pareces al filo de la espada
y a la copa de sangre del verdugo,
yedra que avanza, envuelve y desarraiga
al alma y la divide de si misma,

escritura del fuego sobre el jade,
grieta en la roca, reina de serpientes,
columna de vapor, fuente en la pena,
circo lunar, penasco de las aguilas,
grano de anis, espina diminuta
y mortal que da penas inmortales,
pastora de los valles submarinos
y guardiana del valle de los muertos,
liana que cuelga del cantil del vertigo,
enredadera, planta venenosa,
flor de resurreccion, uva de vida,
senora de la flauta y del relampago,
terraza del jazmin, sal en la herida,
ramo de rosas para el fusilado,
nieve en agosto, luna del patibulo,
escritura del mar sobre el basalto,
escritura del viento en el desierto,
testamento del sol, granada, espiga,

rostro de llamas, rostro devorado,
adolescente rostro perseguido
anos fantasmas, dias circulares
que dan al mismo patio, al mismo muro,
arde el instante y son un solo rostro
los sucesivos rostros de la llama,
todos los nombres son un solo nombre,
todos los rostros son un solo rostro,
todos los siglos son un solo instante
y por todos los siglos de los siglos
cierra el paso al futuro un par de ojos,

no hay nada frente a mi, solo un instante
rescatado esta noche, contra un sueno
de ayuntadas imagenes sonado,
duramente esculpido contra el sueno,
arrancado a la nada de esta noche,
a pulso levantado letra a letra,
mientras afuera el tiempo se desboca
y golpea las puertas de mi alma
el mundo con su horario carnicero,

solo un instante mientras las ciudades,
los nombres, los sabores, lo vivido,
se desmoronan en mi frente ciega,
mientras la pesadumbre de la noche
mi pensamiento humilla y mi esqueleto,
y mi sangre camina mas despacio
y mis dientes se aflojan y mis ojos
se nublan y los dias y los anos
sus horrores vacios acumulan,

mientras el tiempo cierra su abanico
y no hay nada detras de sus imagenes
el instante se abisma y sobrenada
rodeado de muerte, amenazado
por la noche y su lugubre bostezo,
amenazado por la algarabia
de la muerte vivaz y enmascarada
el instante se abisma y penetra,
como un puno se cierra, como un fruto
que madura hacia dentro, echa raices,
crece dentro de mi, me ocupa todo,
me expulsa el follaje delirante,
mis pensamientos solo son sus pajaros
su mercurio circula por mis venas,
arbol mental, frutos sabor de tiempo,

oh vida por vivir y ya vivida,
tiempo que vuelve en una marejada
y se retira sin volver el rostro,
lo que paso no fue pero esta siendo
y silenciosamente desemboca
en otro instante que se desvanece:

frente a la tarde de salitre y piedra
armada de navajas invisibles
una roja escritura indescifrable
escribes en mi piel y esas heridas
como un traje de llamas me recubren,
ardo sin consumirme, busco el agua
y en tus ojos no hay agua, son de piedra,
y tus pechos, tu vientre, tus caderas
son de piedra, tu boca sabe a polvo,
tu boca sabe a tiempo emponzonado,
tu cuerpo sabe a pozo sin salida,
pasadizo de espejos que repiten
los ojos del sediento, pasadizo
que vuelve siempre al punto de partida,
y tu me llevas ciego de la mano
por esas galerias obstinadas
hacia el centro del circulo y te yergues
como un fulgor que se congela en hacha,
como luz que desuella, fascinante
como el cadalso para el condenado,
flexible como el latigo y esbelta
como un arma gemela de la luna,
y tus palabras afiladas cavan
mi pecho y me despueblan y vacian,
uno a uno me arrancas los recuerdos,
he olvidado mi nombre, mis amigos
grunen entre los cerdos o se pudren
comidos por el sol en un barranco,

no hay nada en mi sino una larga herida,
una oquedad que ya nadie recorre,
presente sin ventanas, pensamiento
que vuelve, se repite, se refleja
y se pierde en su misma transparencia,
conciencia traspasada por un ojo
que se mira mirarse hasta anegarse
de claridad:
                  yo vi tu atroz escama,
melusina, brillar verdosa al alba,
dormias enroscada entre las sabanas
y al despertar gritaste como un pajaro
y caiste sin fin, quebrada y blanca,
nada quedo de ti sino tu grito,
y la cabo de los siglos me descubro
con tos y mala vista, barajando
viejas fotos:
                    no hay nadie, no eres nadie,
un monton de ceniza y una escoba,
un cuchillo mellado y un plumero,
un pellejo colgado de unos huesos,
un racimo ya seco, un hoyo *****
y en el fondo del hoy los dos ojos
de una nina ahogada hace mil anos,

miradas enterradas en un pozo,
miradas que nos ven desde el principio,
mirada nina de la madre vieja
que ve en el hijo grande su padre joven,
mirada madre de la nina sola
que ve en el padre grande un hijo nino,
miradas que nos miran desde el fondo
de la vida y son trampas de la muerte
-?o es al reves: caer en esos ojos
es volver a la vida verdadera?,

?caer, volver, sonarme y que me suenen
otros ojos futuros, otra vida,
otras nubes, morirme de otra muerte!
-esta noche me basta, y este instante
que no acaba de abrirse y revelarme
donde estuve, quien fui, como te llamas,
como me llamo yo:
                              ?hacia planes
para el verano -y todos los veranos-
en Christopher Street, hace diez anos,
con Filis que tenia dos hoyuelos
donde veian luz los gorriones?,
?por la Reforma Carmen me decia
“no pesa el aire, aqui siempre es octubre”,
o se lo dijo a otro que he perdido
o yo lo invento y nadie me lo ha dicho?,
?camine por la noche de Oaxaca,
inmensa y verdinegra como un arbol,
hablando solo como el viento loco
y al llegar a mi cuarto -siempre un cuarto-
no me reconocieron los espejos?,
?desde el hotel Vernet vimos al alba
bailar con los castanos – “ya es muy tarde”
decias al peinarte y yo veia
manchas en la pared, sin decir nada?,
?subimos juntos a la torre, vimos
caer la tarde desde el arrecife?,
?comimos uvas en Bidart?, ?compramos
gardenias en Perote?,
                                  nombres, sitios,
calles y calles, rostros, plazas, calles,
estaciones, un parque, cuartos solos,
manchas en la pared, alguien se peina,
alguien canta a mi lado, alguien se viste,
cuartos, lugares, calles, nombres, cuartos,

Madrid, 1937,
en la Plaza del Angel las mujeres
cosian y cantaban con sus hijos,
despues sono la alarma y hubo gritos,
casas arrodilladas en el polvo,
torres hendidas, frentes escupidas
y el huracan de los motores, fijo:
los dos se desnudaron y se amaron
por defender nuestra porcion eterna,
nuestra racion de tiempo y paraiso,
tocar nuestra raiz y recobrarnos,
recobrar nuestra herencia arrebatada
por ladrones de vida hace mil siglos,
los dos se desnudaron y besaron
porque las desnudeces enlazadas
saltan el tiempo y son invulnerables,
nada las toca, vuelven al principio,
no hay tu ni yo, manana, ayer ni nombres,
verdad de dos en solo un cuerpo y alma,
oh ser total…
                      cuartos a la deriva
entre ciudades que se van a pique,
cuartos y calles, nombres como heridas,
el cuarto con ventanas a otros cuartos
con el mismo papel descolorido
donde un hombre en camisa lee el periodico
o plancha una mujer; el cuarto claro
que visitan las ramas del durazno;
el otro cuarto: afuera siempre llueve
y hay un patio y tres ninos oxidados;
cuartos que son navios que se mecen
en un golfo de luz; o submarinos:
el silencio se esparce en olas verdes,
todo lo que tocamos fosforece;
mausoleos del lujo, ya roidos
los retratos, raidos los tapetes;
trampas, celdas, cavernas encantadas,
pajareras y cuartos numerados,
todos se transfiguran, todos vuelan,
cada moldura es nube, cada puerta
da al mar, al campo, al aire, cada mesa
es un festin; cerrados como conchas
el tiempo inutilmente los asedia,
no hay tiempo ya, ni muro: ?espacio, espacio,
abre la mano, coge esta riqueza,
corta los frutos, come de la vida,
tiendete al pie del arbol, bebe el agua!,

todo se transfigura y es sagrado,
es el centro del mundo cada cuarto,
es la primera noche, el primer dia,
el mundo nace cuando dos se besan,
gota de luz de entranas transparentes
el cuarto como un fruto se entreabre
o estalla como un astro taciturno
y las leyes comidas de ratones,
las rejas de papel, las alambradas,
los timbres y las puas y los pinchos,
el sermon monocorde de las armas,
el escorpion meloso y con bonete,
el tigre con chistera, presidente
del Club Vegetariano y la Cruz Roja,
el burro pedagogo, el cocodrilo
metido a redentor, padre de pueblos,
el Jefe, el tiburon, el arquitecto
del porvenir, el cerdo uniformado,
el hijo predilecto de la Iglesia
que se lava la negra dentadura
con el agua bendita y toma clases
de ingles y democracia, las paredes
invisible, las mascaras podridas
que dividen al hombre de los hombres,
al hombre de si mismo,
                                      se derrumban
por un instante inmenso y vislumbramos
nuestra unidad perdida, el desamparo
que es ser hombres, la gloria que es ser hombres
y compartir el pan, el sol, la muerte,
el olvidado asombro de estar vivos;

amar es combatir, si dos se besan
el mundo cambia, encarnan los deseos,
el pensamiento encarna, brotan alas
en las espaldas del esclavo, el mundo
es real y tangible, el vino es vino,
el pan vuelve a saber, el agua es agua,
amar es combatir, es abrir puertas,
dejar de ser fantasma con un numero
a perpetua cadena condenado
por un amo sin rostro;
                                    el mundo cambia
si dos se miran y se reconocen,
amar es desnudarse de los nombres:
“dejame ser tu puta”, son palabras
de Eloisa, mas el cedio a las leyes,
la tomo por esposa y como premio
lo castraron despues;
                                    mejor el crimen,
los amantes suicidas, el incesto
de los hermanos como dos espejos
enamorados de su semejanza,
mejor comer el pan envenenado,
el adulterio en lechos de ceniza,
los amores feroces, el delirio,
su yedra ponzonosa, el sodomita
que lleva por clavel en la solapa
un gargajo, mejor ser lapidado
en las plazas que dar vuelta a la noria
que exprime la sustancia de la vida,
cambia la eternidad en horas huecas,
los minutos en carceles, el tiempo
en monedas de cobre y mierda abstracta;

mejor la castidad, flor invisible
que se mece en los tallos del silencio,
el dificil diamante de los santos
que filtra los deseos, sacia al tiempo,
nupcias de la quietud y el movimiento,
canta la soledad en su corola,
petalo de cristal es cada hora,
el mundo se despoja de sus mascaras
y en su centro, vibrante transparencia,
lo que llamamos Dios, el ser sin nombre,
se contempla en la nada, el ser sin rostro
emerge de si mismo, sol de soles,
plenitud de presencias y de nombres;

sigo mi desvario, cuartos, calles,
camino a tientas por los corredores
del tiempo y subo y bajo sus peldanos
y sus paredes palpo y no me muevo,
vuelvo adonde empece, busco tu rostro,
camino por las calles de mi mismo
bajo un sol sin edad, y tu a mi lado
caminas como un arbol, como un rio,
creces como una espiga entre mis manos,
lates como una ardilla entre mis manos,
vuelas como mil pajaros, tu risa
me ha cubierto de espumas, tu cabeza
es un astro pequeno entre mis manos,
el mundo reverdece si sonries
comiendo una naranja,
                                    el mundo cambia
si dos, vertiginosos y enlazados,
caen sobre la yerba: el cielo baja,
los arboles ascienden, el espacio
solo es luz y silencio, solo espacio
abierto para el aguila del ojo,
pasa la blanca tribu de las nubes,
rompe amarras el cuerpo, zarpa el alma,
perdemos nuestros nombres y flotamos
a la deriva entre el azul y el verde,
tiempo total donde no pasa nada
sino su propio transcurrir dichoso,

no pasa nada, callas, parpadeas
(silencio: cruzo un angel este instante
grande como la vida de cien soles),
?no pasa nada, solo un parpadeo?
-y el festin, el destierro, el primer crimen,
la quijada del asno, el ruido opaco
y la mirada incredula del muerto
al caer en el llano ceniciento,
Agamenon y su mugido inmenso
y el repetido grito de Casandra
mas fuerte que los gritos de las olas,
Socrates en cadenas (el sol nace,
morir es despertar: “Criton, un gallo
a Esculapio, ya sano de la vida”),
el chacal que diserta entre las ruinas
de Ninive, la sombra que vio Bruto
antes de la batalla, Moctezuma
en el lecho de espinas de su insomnio,
el viaje en la carreta hacia la muerte
-el viaje interminable mas contado
por Robespierre minuto tras minuto,
la mandibula rota entre las manos-,
Churruca en su barrica como un trono
es